Escápate a La Graciosa, una isla donde la tranquilidad y la belleza natural son la norma. Con sus playas de arena dorada, sus aguas cristalinas y sus casas blancas de pescadores, La Graciosa es el lugar perfecto para desconectar y disfrutar de la naturaleza en su estado más puro.
Adéntrate en la Cueva de los Verdes y descubre un mundo subterráneo de formas y colores sorprendentes. Este laberinto de tubos volcánicos es un testimonio de la actividad volcánica de la isla y un lugar lleno de historia y leyendas.
Descubre la magia de los Jameos del Agua, una maravilla natural transformada en un espacio de arte y cultura. Aquí, las cuevas y lagos subterráneos se convierten en el escenario de un espectáculo de luz y sombra que te dejará sin aliento.
Visita la Fundación César Manrique y descubre la obra de uno de los artistas más emblemáticos de Lanzarote. Este espacio, que fue la antigua residencia del artista, es un reflejo de su amor por la isla y su
compromiso con la conservación del
patrimonio natural y cultural.
Relájate en la Playa de Papagayo, un rincón paradisíaco donde el sol, la arena y el mar se unen para crear un escenario de ensueño. Aquí, podrás disfrutar de un baño refrescante, practicar snorkel o simplemente tumbarte al sol y disfrutar de la belleza del entorno.
Un viaje a Lanzarote no estaría completo sin una visita al Parque Nacional de Timanfaya. Este paisaje volcánico, con su tierra de fuego y montañas de lava, te transportará a otro mundo. Un lugar donde la naturaleza muestra su fuerza y belleza de una manera impresionante.
